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viernes, 8 de octubre de 2010

PIURA, VARGAS LLOSA Y LA INAGOTABLE PASIÓN

EL PREMIO NOBEL DE LA LITERATURA Y SU PASO POR EL COLEGIO SAN MIGUEL


PIURA .-  En 1946 Piura vivía el optimismo de la prosperidad algodonera y el Prefecto don Pedro Llosa Bustamante disfrutaba de los repentinos temporales de tranquilidad política. Por aquel entonces, apristas y partidarios de la Unión Revolucionaria de Sánchez Cerro, convictos y confesos se disputaban las plazas.

En este ambiente provinciano llega Mario Vargas Llosa en 1946 para culminar la primaria en el Salesiano en cuyas aulas conoce a Javier Silva Ruete, los mellizos Checa, los Hilbck, los Romero, los Artaza y Seminario. Los colegiales acudían puntualmente a sus clases y posteriormente a la salida se solazaban en mataperradas innumerables en las orillas del río y fundos vecinos. Tal como refiere Vargas Llosa los aplicados colegiales se tomaban sus licencias como repetir palabras impronunciables y liquidar todas las historias vinculadas a los vuelos de la cigüeña.

En Piura los "churres" eran producto de la gimnasia humana y la urgencia fisiológica.

Un tópico vargallosiano es el descubrimiento de la sexualidad adolescente. La doble moral, muy piurana, salta del pecado mortal y la condenación del infierno al arrepentimiento piadoso. Finalizado el colegio Vargas Llosa retorna a Lima. Tras un accidentado tránsito por el Colegio Militar Leoncio Prado retorna en 1952 para culminar el quinto de secundaria en el Colegio San Miguel.

Mario ya se ha curtido en la redacción de La Crónica.

En Piura es acogido por don Miguel Cerro en La Industria.

Posteriormente continuará bajo la dirección de Pedro del Pino Fajardo, un bohemio y fogueado periodista casado con una nieta de Ricardo Palma.

En La Industria comparte impresiones con Néstor Martos, Luis Ginocchio y Owen Castillo.

San Miguel es ocasión para entusiasmos literarios.

Aquí estimulado por Carlos Robles Rázuri y con la anuencia del doctor Luis Marroquín director del San Miguel puso en escena "La Huída del Inca" con la participación de los hermanos Raygada, Juan León, Ruth y Lira Rojas, Yolanda Vilela y Walter Palacios. El debut previsto para el 17 de Julio de 1952 fue anunciado en las páginas de El Tiempo y La Industria. Javier Silva Ruete perifoneó por las calles lo que denominó "el acontecimiento del siglo". Esta segunda estancia piurana fue decisiva para Vargas Llosa.

La curiosidad juvenil se expandía hasta las quinchas de "La Casa Verde" el memorable prostíbulo ubicado entre Tacalá y Catacaos en donde con democrático igualamiento se derribaba la distancia social entre los piuranos.

"La Casa Verde" no sólo provocaba los sermones admonitorios de condena del Padre Jesús Santos García sino incontenibles pasiones juveniles.

En "La Casa Verde" entre secos de cabrito, trovadores empedernidos y una legión de parroquianos dispuestos al trato carnal Vargas Llosa trazó las coordenadas de una de sus mejores novelas.

Piura también aparece en los personajes de "La Chunga" y en ¿Quién mató a Palomino Molero? Cuya trama fue urdida sobre el asesinato no resuelto del avionero José Abad cuyo cuerpo torturado fue abandonado entre los chopos de las inmediaciones de la base militar. En última visita a Talara, gracias a la gentileza de Petroperu me dijeron que los familiares aún conservan recortes de las páginas de Corrreo.

Gracias a Vargas Llosa son universales los tradicionales barrios "La Mangachería" y "La Gallinacera" que polarizan los estratos sociales predominantes de una Piura cuya economía estaba sostenida en la economía de la hacienda.

El "oro blanco", el algodón pima piurano era muy bien cotizado en los abatidos mercados internacionales de la post guerra. La bonanza duró poco porque la burguesía se encandiló en el espejismo de una existencia muelle transcurrida entre los wiskys del Centro Piurano y los veranos estridentes en Yacila y Colán.

La Piura del reencuentro de Mario Vargas Llosa es otra.

El lugar donde vivía es hoy el chifa Cantón. Piura es otra sin médanos, sin hatos de cabras alucinadas y piajenos recorriendo las calles hoy reemplazados por los ruidosos mototaxis pero con los mismos pecados.

La Universidad Nacional de Piura por decisión unánime le confirió el Doctorado Honoris Causa como reconocimiento a su fecunda actividad literaria y a una vocación irreductible de defensa de la libertad de expresión.

En aquella ocasión jóvenes estudiantes de la Escuela de Comunicación en memorable diálogo premonitoriamente le dijeron: "Doctor Vargas Llosa nosotros hemos firmado el pedido de los universitarios del Perú para que se le otorgue el Premio Nobel de la Literatura". Vargas Llosa sonrió mientas los estudiantes lo aplaudían rabiosamente.

Era el 17 de diciembre de 2002.

Fue en Junio de 1987 cuando llegó Vargas Llosa a Piura liderando la campaña cívica contra la estatización de la banca. El mitin concurrido y sonoro se realizó en el frontis de la Catedral de Piura.

Mario Vargas, no acostumbrado a estos menesteres había preparado en metódicas fichas un emotivo discurso en donde desfilaban por el esfuerzo de evocación los viejos amigos, el paisaje, la transitoria presencia en el Salesiano y el centenario San Miguel.

No se si por la euforia del momento tras la firme y contundente posición frente a las pretensiones estatistas las fichas se perdieron. Una copia de este original documento me alcanzó Guido Ayala que conservaba como inapreciable tesoro. Las originales con la caligrafía del escritor las guarda como una valiosa reliquia Armando "Ñato" Burneo.

He tenido la ocasión de entrevistar a Vargas Llosa en varias ocasiones. Una sobre el tema siempre exquisito de los orígenes de la marinera y el tondero piurano en los frescos ambientes del Club Grau. Otras sobre la presencia de Piura en su producción literaria y la defensa de la libre expresión.

En Piura estuvo en el año 1946 para acabar el quinto de primaria en las aulas del Salesiano. Era el Director el doctor Luis Marroquín, autor de las innovaciones pedagógicas en la evaluación que provocaron la protesta estudiantil que posteriormente recoge en "Los Jefes". No se puede hablar de Vargas Llosa sin una alusión a " La Casa Verde" en donde el escritor contempló de cuerpo entero al propio Prefecto Jorge Checa disfrutando de la hospitalidad de las chuchumecas y los trovadores que con guitarra y cajón en la hipnótica tarde interpretaban valses, pasillos y tonderos.

No podemos olvidar el debut literario de Vargas Llosa con la puesta en escena de " La Huída del Inca" en el desaparecido teatro Variedades.

En el diario La Industria de don Vicente Cerro escribió Vargas Llosa. Su presencia en la redacción era compartida con los estudios en el San Miguel y los encargos de don Pedro del Pino Fajardo.

Mario Vargas Llosa recibió el homenaje de la Universidad Nacional de Piura que por unánime decisión le confirió el Doctorado Honoris Causa. Paradójicamente, la UNP meses antes tuvo la valentía moral de purgar su conciencia retirándole por "causa de indignidad" el Doctorado Honoris Causa a Fujimori.

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