El piercing es una perforación que se realiza en tu cuerpo con una aguja. Después, se coloca una alhaja en dicha perforación. Las partes del cuerpo que por lo general se perforan son nariz, orejas, cejas y ombligo.
ANTES DE PERFORARTE
Antes de hacerte una perforación debes conocer los riesgos que existen debido a las complicaciones. Las más frecuentes para nariz y boca son las infecciones, ya que en esas áreas habitan millones de bacterias. Con respecto a las perforaciones de la lengua, pueden dañar los dientes severamente, al grado de fracturarlos. Por su parte, las perforaciones de lengua, mejillas y labios, pueden traerte problemas con las encías. Otra cosa, si tienes tendencia a formar cicatriz queloide (cicatriz donde existe crecimiento excesivo de tejido en el área de la herida), no es recomendable que te perfores.
•Investiga dónde puedes recibir atención médica si tu perforación se infecta. Esto lo podrás notar porque la zona se pone roja y sensible, puede sangrar, generar pus o cambios de color en la piel.
•Cerciórate de tener todas tus vacunas, especialmente las de hepatitis B y tétano.
•Si la perforación será en tu lengua o boca, asegúrate de que tus encías y dientes se encuentren sanos y en buenas condiciones.
•Cerciórate de que el lugar donde se realizará la perforación sea un sitio seguro e higiénico. El sitio debe contar con equipo de esterilización y deberá mantener su instrumental en paquetes sellados. La persona que hará la perforación debe lavarse las manos con un jabón germicida y usar guantes desechables. La forma más segura de hacer la perforación es manualmente, y no con una perforadora, pues ésta no se puede esterilizar. La aguja que se utilice debe ser nueva.
•Investiga sobre el tipo de alhajas que el negocio maneja. Los metales que no son tóxicos y por lo tanto seguros de utilizar son acero quirúrgico, oro sólido de 14 o 18 kilates, niobio, titanio y platino.
RIESGOS PARA LA SALUD
Si todo está en orden, después de la perforación tendrás algunos síntomas como hinchazón y dolor, pero pasarán rápidamente. En la lengua, por ejemplo, salivarás más. Sin embargo, si las cosas salen mal, debes estar preparada para contraer enfermedades como hepatitis B y C, así como tétano, tener alguna infección crónica, sangrado prolongado o incontrolable, cicatrices, alergias por el metal, acumulaciones de pus debajo de la piel en el lugar de la perforación y daño o inflamación en algunos nervios.
Dependiendo de la parte del cuerpo que hayas decidido perforar, el tiempo de recuperación podrá variar entre algunas pocas semanas hasta más de un año.
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