CATACAOS. Cuando parecía que ya los ánimos se habían calmado en la Heroica Villa, alrededor de las ocho de la noche se desató la violencia cuando una turba de aproximadamente medio millar de personas tomó por la fuerza el Palacio Municipal, retuvo al alcalde Pablo Castro López por varios minutos y destrozó distintos ambientes del inmueble ubicado en la
Plaza de Armas.
Un vehículo de uso oficial que se encontraba estacionada en el frontis del municipio y que iba a ser utilizada por el burgomaestre para retirarse del lugar, terminó completamente destrozado por la acción de los vándalos que exigían, a viva voz, la salida del burgomaestre.
Por un momento, la sede del gobierno local quedó en poder de los revoltosos que actuaron con inusitada violencia en vista de la falta de control policial y ante la mirada atónita de un grupo reducido de miembros del Serenazgo que se limitaron a resguardar la integridad de la primera autoridad política del distrito.
Con ayuda de esos serenos, Pablo Castro pudo evadir el cerco que le tendieron los revoltosos y abandonó el municipio por una puerta posterior, dejando la sede de su gobierno a merced de la turba.
Los vándalos ingresaron a la segunda planta y saquearon oficinas, destruyeron computadoras, mobiliario y documentación diversa y no dejaron en pie ni un solo cristal del palacio edil. Entre los revoltosos se advertía a varias mujeres y hasta algunos menores de edad.
Alertados del hecho, efectivos del Escuadrón Verde de la Policía Nacional llegaron a Catacaos desde la ciudad de Piura para contener a los revoltosos. En la recuperación del edificio municipal se registraron enfrentamientos entre manifestantes y las autoridades, al punto que la policía tuvo que realizar varios disparos al aire y lanzar bombas lacrimógenas para tomar el control de la situación. La policía reportó quince detenidos durante la refriega.
Como se sabe, los incidentes de anoche tuvieron su detonante en la decisión del alcalde de prohibir en la Semana Santa las actividades comerciales que tradicionalmente se realizan en la avenida Cayetano Heredia. Por el contrario, el municipio habilitó un terreno a la entrada de la ciudad para esos fines, con el afán de mantener la principal vía de la localidad despejada para la procesión y los diversos actos religiosos que se programan por estas fechas.
Alcalde buscó refugio en Piura
El alcalde Pablo Castro y su familia se vieron obligados a abandonar la ciudad de Catacaos y buscar refugio en Piura después de ser alertado que una turba de revoltosos marchaba en dirección a su vivienda en el sector de Nuevo Catacaos.
Castro permaneció en Piura hasta pasadas las diez de la noche de ayer y recién retornó a su vivienda cuando la tranquilidad retornó al distrito. En declaraciones a Correo expresó que esta mañana evaluará las acciones legales a tomar frente a aquellos que atentaron contra la sede y los bienes municipales
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