No se calló nada el
premio Nobel Mario Vargas Llosa en esta
entrevista exclusiva. Respondió cuestionamientos a su
apoyo público al candidato
Ollanta Humala. Además se dio un espacio para reaccionar ante dichos del cardenal
Juan Luis Cipriani y del periodista
Jaime Bayly. "No debatiré con
De Soto", afirmó.
Mario Vargas Llosa. Escritor. Desde Madrid, en
entrevista telefónica, el Nobel desnuda a los actores que están detrás de la campaña del miedo emprendida contra la elección de
Ollanta Humala. Además, responde a sus críticos.
Pareciera que el miedo inspira la adhesión tanto para Humala como para Fujimori. ¿En qué medida este factor puede distorsionar y llevarnos a un error en las próximas elecciones?
Desgraciadamente, el miedo es una arma que están utilizando mucho los partidarios de Keiko Fujimori para tratar de ganar unas elecciones que yo pienso sienten que están perdiendo. Es, sobre todo, una inseguridad creciente porque en las últimas semanas mucha gente, rompiendo la inseguridad que tenían, han dado el paso de apoyar abiertamente a Humala, tranquilizados con las muchas manifestaciones que ha dado de haber centrado su propuesta y de garantizar que (esta) no va a ser mellada en caso de que él asuma la presidencia, que va a continuar con la línea económica que está trayendo beneficios al Perú.
El miedo de los sectores poderosos también inspiró la elección de Mussolini en Italia, y de Hitler en Alemania.
Es un peligro que hay que tener en cuenta, sobre todo por el tipo de guerra sucia que están empleando (en el Perú). Los medios han perdido toda apariencia de objetividad: la campaña de invenciones, de falsificaciones, de calumnias contra Ollanta Humala cubren el espectro de toda la media y los espacios que dejan para que los partidarios de Humala puedan expresarse son mínimos.
¿Esta campaña del miedo tendrá efectos electorales?
Mi impresión es que en el país el miedo a Humala se va eclipsando poco a poco, y que cada vez hay una mayoría que ve en ese tipo de métodos y recursos algo que descalifica al fujimorismo y que anuncia, además, lo que significaría el fujimorismo si vuelve al poder...
¿Qué significaría?
El restablecimiento de una dictadura que llenó de injusticia, de sangre y de corrupción en el Perú durante ocho años.
Derecha fascista
Se advierte que habría un fascismo de derecha si gana Fujimori, y un fascismo de izquierda si gana Humala. ¿Qué opina?
Creo que el fascismo de izquierda, si gana Humala, es falso. Humala está hoy en día rodeado por mucha más gente democrática que por gente que quisiera una revolución socialista. Humala se ha comprometido, en un juramento público y en una modificación de su programa de gobierno, que es muy semejante a las izquierdas democráticas de América Latina. Sí, tenemos un fascismo de derecha, y eso es lo que fue Fujimori y eso es lo que volverán a ser...
¿Por qué?
Porque son los mismos. Salvo los que están presos por asesinos y ladrones, los que están sueltos están rodeando a Keiko Fujimori y las instrucciones y la campaña la dirige desde la Diroes el señor Fujimori. Sobre eso no hay que engañarse. Estamos viendo las persecuciones a periodistas, los intentos de acallar a periodistas independientes.
¿Qué garantiza que un ex comandante del Ejército, sin antecedentes de vida partidaria ni de práctica democrática, no termine en el proscenio de los regímenes autoritarios de América Latina?
En primer lugar, el programa que hoy día (Humala) está llevando, y que ha jurado ante la Biblia respetar. Y en segundo lugar, la gente que lo va a rodear. Si él gana las elecciones las va a ganar porque ha conseguido que un sector muy importante de peruanos demócratas y liberales, como yo mismo, apoyemos su candidatura en el convencimiento de que no va a alterar las instituciones democráticas, que las va a respetar y las va a reforzar... El señor Humala es un militar que se levantó contra Fujimori en Locumba. Él estuvo contra la dictadura del señor Fujimori. Ahora, si el señor Humala no cumple su compromiso, los peruanos democráticos saldríamos a las calles a defender lo que hemos votado. Pienso que eso no va a ocurrir, creo que hay una evolución muy positiva de la candidatura de Humala en la buena dirección.
¿Por qué nuestra derecha no escatima en auspiciar regímenes autoritarios con tendencias fascistas para proteger sus intereses económicos?
Hay un sector de la derecha que sí es democrático. Pero hay otro sector que es ultra y no está acostumbrado a la democracia. Hay una tradición, por desgracia: ellos estuvieron con Sánchez Cerro, Odría, con la dictadura de Velasco y de Morales Bermúdez, colaboraron con Fujimori. Ese sector no es democrático, y hoy día están haciendo todo lo posible para que sea visible su poca convicción democrática por la manera como están llevando esta campaña.
Las ovejas negras
Algunos de los personajes que rodean a Fujimori, de tendencias fascistas, lo rodearon a Ud. en 1990. ¿Qué reflexión le merece?
Cuando ellos estuvieron conmigo no eran fascistas, parecían muy demócratas y muy liberales.Afortunadamente, la gran mayoría de la gente que me rodeó en el movimiento Libertad, en Acción Popular, en el Partido Popular Cristiano, mantuvo esa línea. Fueron muy poquitos los que se vendieron, (y) ellos están con Fujimori. Lamentablemente, en todos los partidos y en todos los movimientos hay siempre las ovejas negras, pero por eso no se puede contaminar a todo el mundo. Hay una derecha democrática y liberal en el Perú, como hay hoy día afortunadamente una izquierda liberal, democrática. Es muy bueno que en esta ocasión nos estemos reuniendo todos en un gran movimiento que tenga como sustento la defensa de la libertad, de la legalidad, de la democracia, que es lo que trae progreso y justicia en un país.
¿Ud. respalda a Humala por resentimiento debido a su derrota electoral frente a Alberto Fujimori? Esto lo señalan sus críticos y la candidata fujimorista.
Esas son manifestaciones de gente que tiene una mentalidad muy pequeñita y cree que las personas solo funcionan debido a envidias, emulaciones, resentimientos y no a principios. Yo no tengo ningún resentimiento con el señor Fujimori. Por el contrario, fui la primera persona que fue a felicitarlo por su victoria. Durante los dos primeros años de su gobierno, en democracia, no escribí ninguna sola línea ni hice una sola declaración en contra de su gobierno. Y muchos parlamentarios de Libertad apoyaron algunas de sus medidas que nos parecían buenas en ese momento. Comencé a criticarlo cuando él dio el golpe de Estado, porque estoy en contra de todas las dictaduras y en eso me he mantenido a lo largo de toda mi vida en absoluta coherencia. ¿Envidia y resentimiento? ¿Por qué los tendría? La verdad que a mí me ha ido bien en la vida, me dedico a escribir, que es una profesión hermosísima. Mi vocación literaria solo me ha traído satisfacciones, reconocimientos, mucho más de lo que yo podría esperar, ¿qué envidia puedo tener yo a un señor que está preso por asesino y por ladrón?
Peligro para el país
Sus críticos le reclaman que usted vive en España y no va a enfrentar las consecuencias económicas en un eventual gobierno de Humala. ¿Qué les responde?
Si hay problemas con la democracia peruana yo voy a estar allá, como lo he hecho siempre, arriesgándome en los momentos difíciles. Yo no he ido jamás a medrar ni a pedir puestos, ni he aceptado cargos. Mis participaciones en política, que han sido siempre por razones de principios, solo me han traído dolores de cabeza, inconvenientes, y sin embargo yo sigo haciéndolo porque tengo mis convicciones democráticas, demostrando, enfrentando todos los riesgos que haya que correr. He intervenido en política muy a mi pesar. Veo un serio peligro para mi país. No quiero que mi país vuelva a tener una dictadura tan dañina, tan perjudicial, que hizo tantos estragos en el Perú. No solo por los desaparecidos, los muertos, los torturados, sino por las terribles secuelas que deja la dictadura...
¿Las mismas prácticas del decenio fujimorista?
Lo que estamos viendo hoy en día, en esta campaña de guerra sucia, de maniobras certeras, de malas artes, esas son consecuencia de unos métodos que se erradicaron en el Perú en los años de dictadura. Eso es Montesinos en acción, eso es Fujimori en acción: todas las presiones contra la prensa, la manera cómo la prensa fue corrompida y maleada por la intimidación o por soborno. No quiero que eso vuelva al Perú, porque causaría tremendos estragos, y sobre todo arruinaría estos diez años que tenemos de crecimiento económico, de renacimiento de las instituciones democráticas. Eso es lo que tenemos que repetirle al pueblo peruano para que simplemente, haciendo un esfuerzo de memoria, recuerde lo que significó el fujimorismo, el
montesinismo, e impida que resucite esa dictadura que llenó al país de oprobio, corrupción y censura durante ocho años.
El artista Fernando de Szyszlo, su amigo, no comparte su respaldo al candidato nacionalista. Ha dicho que ninguna de las variantes que ha venido presentando Ollanta Humala lo convence, y que “no votar es votar por mi país”.
Yo tengo mucho cariño y mucha admiración por Fernando de Szyszlo, que es mi mejor amigo, y todo lo que él diga para mí me parece respetable, porque sé que está dictado por la honradez, por la sinceridad y por una clara vocación democrática.
A De Soto: No debato con un fujimontesinista
Hernando de Soto lo ha retado públicamente a debatir con él. Dice que usted se escuda en su hijo Álvaro. ¿Qué le responde?
Esas son maniobras del fujimontesinismo. Están nerviosos, y entonces utilizan toda clase de recursos a ver si distraen a la opinión pública de lo que es realmente importante...
¿No debatirá con él? Ha advertido que si no lo hace hará quedar mal a Ollanta Humala.
Yo no voy a discutir ni a debatir con ningún fujimontesinista ni ninguna persona que tenga tan pocas credenciales democráticas como esa persona.
Mario, en esta cruzada que libra contra la candidatura de Keiko Fujimori, ¿usted se ha reencontrado con la izquierda y los ideales que defendió en su juventud?
No. Yo sigo absolutamente coherente con mis propios ideales, que son los ideales democráticos, liberales. Esos ideales los he defendido desde hace muchos años, y esos son los ideales que estoy defendiendo en este momento. Y sigo siendo absolutamente coherente a mi rechazo de toda forma de dictadura para el Perú, para América Latina y para cualquier lugar del mundo. Estoy defendiendo una opción, que me parece democrática, para evitar que resucite una dictadura que llenó de sangre, de pobreza y de corrupción a mi país.
Sobre el cardenal Cipriani y Jaime Bayly
El cardenal Cipriani le atribuye incoherencia porque le cree a un Humala que juró ante la Biblia, siendo usted agnóstico. ¿Qué dice?
A mí me parece muy bien que la gente jure ante la Biblia si cree. Eso me parece muy respetable. Entiendo que Humala es un creyente; entonces, pues, su juramento me parece bastante bien. Ahora, el cardenal Cipriani es un excelente político, porque utiliza todo a favor de su causa, y su causa en estos momentos es Keiko Fujimori.
Es uno de sus más críticos...
Me parece un arzobispo muy discutible, porque está dividiendo a los católicos peruanos, entre los cuales hay una gran mayoría de demócratas que no ven con buenos ojos que el jefe de los pastores de la iglesia peruana se haya convertido en un agitador y un propagandista de una dictadura. Me parece lamentable que la iglesia tenga como el pastor del rebaño católico a alguien que olvida su misión pastoral a favor de una dictadura que no solo mató, torturó, desapareció sino que esterilizó a 300 mil campesinas peruanas sin que el arzobispo Cipriani diga una sola palabra para condenar semejante crimen.
Jaime Bayly ha escrito sobre usted hoy (ayer) en un diario local, y le pregunta: ¿en qué momento se obnubiló Mario Vargas Llosa?
No voy a contestarle a ese personaje, a quien yo hice que lo publicaran. En mala hora. Fue una de mis grandes equivocaciones. ¿En que se ha convertido desde entonces después de ser un joven que prometía mucho? Primero, en un payaso; y luego, en un verdadero bufón maligno al servicio del fujimontesimismo.